STORYTIME: LA VEZ QUE UN CLIENTE NOS QUERÍA AMENAZAR

Basada en hechos reales, no, más bien creada con hechos reales. Así es esto.

Hay clientes de todo tipo, dicen por ahí. Regularmente se identifican como buenos o malos. Pero, ¿dónde entran aquellos que terminan amenazándote? Eso es otro nivel, grandes ligas, de hecho. En fin, todo comienza en el año 2022. Una clienta común y corriente, entra a preguntar por una Tienda en Línea. A lo que respondimos que sí, sí las manejamos. Quiso asesoría completa y prácticamente estuvo encantada con los servicios, queriendo ahora sí como quien dice ”llevarse todo”.

Prácticamente, estaba iniciando su negocio, la clienta deseaba tener una Tienda en Línea, donde vendería productos de Skincare, a lo que mostró como productos de lanzamiento tres productos. Como la clienta comenzó a soñar en grande, yéndose a Estados Unidos y demás sin si quiera conocer lo mínimo en logística, o que sus productos pudieran venderse con todas las de la ley, porque sí, uno no se puede poner a vender skincare nomás porque sí, terminamos la sesión pensando ”no va a regresar”. Uff, no fue así, a los meses, regresó.

Error nuestro. Al momento de cotizar, pues la Tienda en Línea fue presupuestada con los cuatro productos que ella llevó, pero entonces, la pesadilla apenas comenzaba: la clienta llegó con más de 40 productos. Imagínense el desastre, la crónica de una muerte anunciada. Mucho producto para vender, sin página web, endeudando al marido (eso decía siempre), y prácticamente sin saber hacer envíos. Porque obvio, en CARTDANG te asesoramos en todo, sin embargo ella (la clienta) tenía idea de hacer venta como nosotros matemáticas. O sea, NADA.

Por consiguiente, puso todas las esperanzas en nosotros, comprando varios paquetes, cosa que sugerimos no hacer, ya que la creación de la página, de las estrategias, de las redes sociales, de los productos y todo el rollo que uno hace, nos llevaría tiempo y si contraba los planes mensuales, pues iba a gastar mucho, y ella no podía acelerar ningún proceso. Entonces, hizo caso omiso. ¡Oh, no!

Como todo, comenzaron las deudas, ella estaba presionada y no veía resultados. ¿Por qué? Pues porque apenas estábamos realizando su página y ella ya quería regalar productos a los influencers para que su producto se vendiera.

De eso no hay duda, su producto se veía bueno, pero quién saber cómo le iba a ir con las regulaciones. El chiste es que no puedes echar toda la carne al asador, con la esperanza de recuperar de la noche a la mañana, y mucho menos querer internacionalizarte al tercer mes, se lo explicamos, no le caía el 20 y entonces hizo lo prudente: echarnos a su marido.

Ponemos esta imagen, porque su marido llegó en una posición ”intimidante” con un cigarro echando humo, se veía bastante chistosito la verdad, preguntó por el contrato y por todo. Quería la devolución de su dinero, cosa que negamos rotundamente porque el proyecto se estaba realizando, y no podíamos comprometernos a hacerlos millonarios de la noche a la mañana. Se le dijo, quedó con cara de payaso y entonces la clienta quedó de solucionarlo haciendo lo prudente, o sea: llevar a alguien que nos amenazara.

Días después, llegó la clienta con el supuesto ”golpeador”, y nos amenazó diciendo ”me vas a conocer”. La verdad, es que su servidor, todo tonto y sin comprender si era el nuevo Community Manager de la cliente, le pregunté ”¿y quién eres?” Súper xd todo el rollo. Y la clienta parecía muda, ida, por no decir otra palabra porque no quería hacer nada.

Finalmente negociamos un nuevo trato, donde de todos modos ella salía perdiendo porque ojo, nadie te va a garantizar que tus productos vendan de la noche a la mañana y se cumplió el trato.

La doña no vendió ni a sus vecinos, contrató a alguien más donde también quedó mal y al final del día, cambió de imagen (puras metidas de pata), y a ciencia cierta quién sabe si vendió algo.

Spoiler altert: no, no lo hizo.

Cabe mencionar que la señora era conocida por problemática y creerse dicen las malas lenguas, de la alta alcurnia. Y pues quién sabe, pero al menos tóxica y disque amenazante sí fue.

Y pues nada, no sean así, porque desde el día de la amenaza, y hasta la posteridad quedó como una burla más del CARTDANG. Hoy la recordamos en este primer lustro.

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