Hoy en día, las redes sociales son esenciales para cualquier negocio. Desde la creación de una cuenta de Instagram hasta mostrar tu trabajo, las plataformas son una vitrina para dar a conocer lo que haces. Sin embargo, con el tiempo, algo ha cambiado: las pautas publicitarias o anuncios se han vuelto casi imprescindibles para llegar a más personas. Y aunque pautar es una gran herramienta, al principio puede resultar riesgoso, especialmente cuando los presupuestos son ajustados. Entonces surge la pregunta: ¿Aún existe el contenido orgánico?
El contenido orgánico es el que creas y publicas sin pagar por su difusión. Es el que depende de tu creatividad, de cómo conectas con tu audiencia y del valor que ofreces. Aunque su alcance es más limitado al principio, es auténtico y genuino, lo que genera una conexión más sólida con tus seguidores.
Las redes sociales hoy priorizan los anuncios pagados, lo que hace más difícil que el contenido orgánico llegue a una gran audiencia. Los algoritmos favorecen publicaciones que reciben interacciones rápidas, lo que limita la visibilidad del contenido no patrocinado. Sin embargo, esto no significa que el contenido orgánico haya desaparecido.
¿Por qué sigue siendo importante?
- Credibilidad: Las personas valoran la autenticidad. El contenido orgánico muestra que estás comprometido con tu audiencia sin depender solo de la publicidad.
- Construcción de comunidad: Te permite crear relaciones más cercanas con tus seguidores, generando lealtad a largo plazo.
- Bajo costo: Al no requerir inversión en anuncios, te permite mantener una presencia constante sin riesgos financieros.
- Impacto duradero: Un buen contenido orgánico puede seguir atrayendo tráfico y generando interacción mucho tiempo después de haber sido publicado.
La combinación perfecta: Orgánico + Pautado
Aunque el contenido orgánico es valioso, combinado con pautas publicitarias puede ser aún más poderoso. Usar anuncios para impulsar el contenido que ya tiene interacciones es una forma efectiva de amplificar su alcance sin perder la autenticidad. Aunque los algoritmos cambian, el contenido orgánico no desaparecerá. La clave es seguir siendo auténtico y adaptarse a las nuevas herramientas que las plataformas ofrezcan.