La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con ella llegan las luces, los villancicos y las reuniones familiares. Sin embargo, también es una época que invita a la reflexión, y en el 2018, Ikea lanzó una campaña que no solo celebró estas fechas, sino que también nos dejó una valiosa lección que sigue vigente años después. Estamos hablando de “Familiarizados”, una propuesta que nos desafía a soltar el celular y a reconectar con quienes realmente importan.
Creada por McCann y MRM/McCann, esta campaña no se limitó a ser un anuncio más, sino que se materializó en un juego de mesa especialmente diseñado para la cena navideña. El objetivo del juego era claro: invitar a las familias a conocerse mejor a través de preguntas y retos relacionados con intereses, gustos y habilidades personales. Una dinámica sencilla pero poderosa que pone en primer plano la conexión humana.
La campaña parte de una verdad incuestionable: vivimos más conectados que nunca, pero también más desconectados de quienes nos rodean. Los teléfonos móviles, que en teoría nos acercan a los demás, muchas veces terminan alejándonos de las personas que tenemos al lado. En este contexto, “Familiarizados” nos pone frente a un espejo y nos invita a replantearnos nuestras prioridades durante la época más significativa del año.
El juego planteó un desafío: responder preguntas sobre los gustos, intereses y habilidades de los integrantes de la familia. Si alguien no podía responder correctamente, el castigo era tener que dejar la mesa. Este mecanismo aparentemente lúdico reveló algo más profundo: ¿cuánto conocemos realmente a nuestros seres queridos? ¿Cuánto tiempo dedicamos a cultivar esas relaciones?
Lo que hizo especial a esta campaña no fue solo su ejecución impecable, sino el mensaje atemporal que transmite. Años después, “Familiarizados” sigue siendo un recordatorio de que las conexiones reales no se mide en likes ni en mensajes de texto, sino en momentos compartidos y conversaciones significativas. Es un llamado a reconquistar la mesa, a escuchar activamente y a redescubrir la magia de estar presente.
La Navidad es un momento para dar y recibir, pero también para reflexionar. Ikea nos demostró que las campañas publicitarias pueden ir más allá de vender productos: pueden inspirar cambios en nuestra forma de vivir. Este año, ¿te atreves a desconectar para reconectar? Quizá sea el momento perfecto para poner en práctica el espíritu y hacer de esta Navidad una oportunidad para conocernos mejor.