SOLDADOS CAÍDOS EN SAN VALENTÍN

Valientes guerreros del amor y aficionados al romance (o a la tragedia, dependiendo de cómo les fue el 14 de febrero). Acaba de pasar una de las fechas que la mayoría de las personas esperan con gusto, el Día de San Valentín, una jornada donde los corazones laten con esperanza, pero también donde algunos soldados del amor son heridos en combate por rechazo o simplemente porque las cosas no salieron como esperaban. Sí, hablamos de esos valientes que han caído en el campo de batalla del amor.

EL SOLDADO RESERVADO EN LA TRINCHERA DE LAS FLORES

Ah, sí, el soldado que compra el ramo de flores más grande que puede encontrar, convencido de que será su boleto al corazón de su amado o amada. Pero, ¡ay!, a veces el amor no florece como esperamos, y ese soldado termina atrincherado en su apartamento rodeado de rosas, preguntándose qué estuvo mal.

LA LUCHA EN EL FRENTE DE LAS RESERVACIONES DE ÚLTIMO MINUTO

La batalla por conseguir una reserva en un restaurante decente es tan real como cualquier enfrentamiento en el campo de batalla. Algunos soldados caen víctimas de su propia procrastinación, luchando contra hordas de parejas desesperadas por un lugar donde cenar, y terminan resignándose a tener una cena improvisada de comida para llevar y Netflix.

EL ASALTO AL FUERTE DE LOS REGALOS DE ÚLTIMO MINUTO

¿Qué sería de San Valentín sin esos guerreros que se lanzan al campo de batalla de las tiendas de último minuto en busca del regalo perfecto? Desde cajas de chocolates medio derretidas hasta ositos de peluche con miradas de juicio, estos soldados caídos nos recuerdan que a veces es mejor planificar con antelación.

LA BATALLA POR LA ATENCIÓN EN LAS REDES SOCIALES

En la era digital, incluso el amor se convierte en una guerra por los likes y comentarios. Los soldados que publican declaraciones de amor cursis compiten por la atención en un campo de batalla saturado de selfies de parejas felices y memes sarcásticos sobre San Valentín.

EL RETIRO ESTRATÉGICO AL REFUGIO DEL AMOR PROPIO

Y luego están aquellos soldados que, después de años de lucha en el frente del amor, deciden retirarse estratégicamente al refugio del amor propio. Reconocen que no necesitan un día especial para celebrar el amor, porque cada día es una oportunidad para amarse a sí mismos y a los demás.

El Día de San Valentín puede ser una experiencia de amor y risas, incluso para aquellos soldados caídos cuyas batallas no salieron según lo planeado. Así que levanten sus copas de vino (o tazas de chocolate caliente, no discriminamos) y brinden por el amor, la risa y la capacidad de reírnos de nuestras propias desventuras románticas.

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